jueves, 25 de abril de 2002

La otra orilla

Más allá de la otra orilla, me he dejado mis mejores sueños,
mis recuerdos de niñez atesorada en verdes lágrimas
y algunas deshojadas margaritas de libertad.
Más allá del horizonte, donde se desvanecen las fronteras,
me he dejado la nostalgia, también la melancolía
y la ilusión de una tierra siempre nueva y venturosa.
Y presa de un sueño, rendida ante su encanto
he dejado el vino del pasado atrás y he venido
a dejarme la piel, a luchar contigo en cada intento
a dejar caer mis huesos dormidos a la intemperie
hasta que me falte el aliento.
Porque me han golpeado a ambos lados del destino
y sin tiempo para caer de rodillas y llorar lo perdido
usando muy bien lo que he aprendido ayer
estoy construyendo despacio, a este lado del mundo,
como el hornero, mi nuevo nido.
A brazo partido, volviéndome un poco más sabia
o más loca, aprendí también a medir las palabras
pero lo que no tiene medida
es la extenuación y el empeño que pongo cada día
tratando de alcanzar aquél gran sueño.
Más allá, en la otra orilla, ha quedado media vida
y sin negar mi otra media vida se reafirma,
sin renegar de esta aventura migratoria
¿Quién iba a pensar que aquí me quedaría?...
Por eso cuando vuelva, si es que vuelvo algún día
seré gaviota, o golondrina o paloma
que vuela libre, que vuela bajo, muy cerca de la orilla.

María Ángeles Lonardi
Del libro “Mas allá del sur” , Letra Impar , Almería, 2017.

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