miércoles, 24 de abril de 2002

Al faro de Cabo de Gata

Quiero volver a contemplarte
 y desde allí
sentir que se reduce la erosión que consume los días.
Te recuerdo envuelto en un velo
mágico de salitre
y a contraluz, tu silueta
emulando al coloso de Rodas
proyecta sobre la playa tu desdén.
Vuelve a mí tu recuerdo altanero.
Bajo tu inquieta sombra
intenté retener el mar en pinceladas…
intenté describir el viento con palabras…
que la brisa de la tarde fuera lienzo
y la mañana espuma y luminaria.
Intenté y en el esfuerzo
sólo pude comprender
que un simple manotazo de ceniza
cruza mi corazón herido
mientras baña la roca tu encanto
marino y espejo.
Levemente me siento gaviota
y puedo verte a vuelo de pájaro
a plena luz
o en la transgresión de la noche…
Tu haz de luz te delata
y te confiesas  alucinación perenne
… compañero del silencio.
Centinela del poeta en la mar
y refugio del marino en tierra.
Caricia del levante en la piedra
que atraviesa olvidos y destierros.
Cierro los ojos  y te siento habitable…
Y entonces, ansío regresar
a tu inquebrantable serenidad
atemporal y austera
como quien anhela regresar
al vértigo del paraíso.


María Ángeles Lonardi      abril 2012
Poema publicado en el libro "Lo demás es oscuridad" homenaje a los 150 años de los faros de Almería.

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