La otra orilla
Más allá de la otra orilla,
me he dejado mis mejores sueños,
mis recuerdos de niñez
atesorada en verdes lágrimas
y algunas deshojadas
margaritas de libertad.
Más allá del horizonte, donde
se desvanecen las fronteras,
me he dejado la nostalgia,
también la melancolía
y la ilusión de una tierra
siempre nueva y venturosa.
Y presa de un sueño, rendida
ante su encanto
he dejado el vino del pasado
atrás y he venido
a dejarme la piel, a luchar
contigo en cada intento
a dejar caer mis huesos
dormidos a la intemperie
hasta que me falte el
aliento.
Porque me han golpeado a
ambos lados del destino
y sin tiempo para caer de
rodillas y llorar lo perdido
usando muy bien lo que he
aprendido ayer
estoy construyendo despacio,
a este lado del mundo,
como el hornero, mi nuevo
nido.
A brazo partido, volviéndome
un poco más sabia
o más loca, aprendí también a
medir las palabras
pero lo que no tiene medida
es la extenuación y el empeño
que pongo cada día
tratando de alcanzar aquél
gran sueño.
Más allá, en la otra orilla,
ha quedado media vida
y sin negar mi otra media
vida se reafirma,
sin renegar de esta aventura
migratoria
¿Quién iba a pensar que aquí
me quedaría?...
Por eso cuando vuelva, si es
que vuelvo algún día
seré gaviota, o golondrina o
paloma
que vuela libre, que vuela
bajo, muy cerca de la orilla.
María Ángeles Lonardi
Del libro “Mas allá del sur” , Letra Impar , Almería,
2017.
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