domingo, 25 de marzo de 2018

Un poema para el Pregón de Carboneras Semana Santa 2018


Así compartió en facebook Francisco Hernandez Benzal el emotivo Pregón de esta Semana Santa 2018 que dio el sabado 24 de marzo en Carboneras. Yo le agradezco eternamente que me haya invitado a componer un poema para ese Pregón.
Lo hice con mucho cariño para él y para toda la querida gente de Carboneras. 

Francisco Hernández Benzal ha añadido 6 fotos nuevas — con Banda Carboneras y 4 personas más.
12 horas
EMOTIVO Y LÍRICO PREGÓN OFICIAL DE LA SEMANA SANTA DE CARBONERAS 2018
En el marco incomparable de la CASA DE LA MÚSICA de Carboneras, acompañado por las tres Hermandades, autoridades, consiliario, cofrades y vecinos junto la Banda Carboneras de Música, tuve el honor de dar el Pregón Oficial de la Semana Santa carbonera 2018. Muy agradecido a la Hermandad “Nuestra Señora de los Dolores y María Santísima de la Piedad” por permitirme la ocasión de dirigirme a mi pueblo con la emoción que entraña esta fecha y por el calor y reconocimiento que recibí en todo momento.
El broche final, con el recital del poema que Maria Angeles Lonardicompuso para la ocasión, acompañado por el clarinete de Blanca Loscos Márquez, logró que el público asistente se emocionará y saltaran las lágrimas en muchos hombres y mujeres ante la belleza del poema y los profundos versos del penitente ante el Jesús crucificado.
Agradecido a Pedro Gonzalez Fuertes por la presentación que hizo de mi persona y por las distinciones de la Hermandad con las que me honró.
Con permiso de la autora, os dejo el bello y emocionante poema de Lonardi:
FRENTE AL CRISTO
© Maria Angeles Lonardi
Aquí estoy conmovido frente a ti,
despojado de atavíos inútiles,
rendido a contemplarte.
Tu dolor, mi dolor en el silencio,
es el recogimiento.
Mientras el andar de los costaleros
va marcando el ritmo acompasado,
de un vaivén mudo de muerte y calvario
se rompe la quietud de nuestro pueblo.
Dolor del penitente,
flagelo hondo del alma.
En tiempos convulsos, duros e inciertos
se hace cada vez más necesaria,
la guía perenne de esta vela,
la luz que no se apaga.
Las lágrimas de emoción contenida
se hacen nudo en la garganta,
cuando en el quejido de una saeta
se quiebra el corazón.
De rodillas te venero.
Te acompaño creyendo en el milagro
por tu misericordia Nazareno.
¡Vengo hasta ti implorante!
Señor, no sé si habrás de perdonarme.
Humildes y simples versos te ofrezco.
Escucha, no escribo para ensalzarte,
menos, para embelesar al gentío,
lo hago porque no puedo
hoy, guardarme en el pecho
todo lo que siento y lo que he sentido.
Es devoción, lo juro, ¡Cristo mío!
¡No miento!, ¡se me encoge el corazón!
y entonces, bajo al suelo la mirada
porque yo apenas soy
tan sólo, un pecador arrepentido
que implora tu perdón,
y que espera a tu lado,
como cada año, el momento glorioso
de la Resurrección.

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