En este enlace se puede leer el texto completo publicado por la Revista digital Luz cultural de la semblanza y critica literaria- comentario, que hizo Pepe Criado de mi libro "Poemas para leer a deshoras". Elogios y palabras muy hermosas de quien me conoce y sabe de mi andadura literaria.
http://www.luzcultural.com/?p=5539
https://velozquietuddelcentro.blogspot.com.es/2017/08/pepe-criado-poeta-lonardi-vida-deshoras.html
Texto completo:
POETA LONARDI, VIDA A
DESHORAS
Al
abrir el poemario Poemas 2006-2016,
de Virginia Fernández Collado, me produce ternura encontrar en las primeras
páginas una frase, a modo de intención, y tal vez de manifiesto, que se abre
como antesala al extenso libro escrito durante diez años. Cito textualmente:
“He seguido este camino en busca de la poesía”.
Desde
la poesía misma hace años que conozco a María Ángeles Lonardi. Sin hacerse
notar, asistiendo a múltiples actividades culturales; participando en antologías
y reservando su formación literaria en Argentina, entre otras con la profesora
Cristina Piña, Titular de Teoría y Crítica Literaria en la Universidad Nacional
de Mar del Plata; humilde con sus dos primeras obras poéticas publicadas en
aquel país y guardando sus trabajos sobre crítica literaria, como los dedicados
a T.S. Eliot, poco a poco, Mariángeles se ha revelado como una autora de peso
en la literatura andaluza contemporánea.
Con
El jardín azul (IEA. Almería, 2014),
su primer poemario publicado en España, Lonardi inició un ciclo poético de
madurez caracterizado por transitar más allá del lenguaje, en el sentido que
definió Giorgio Agamben (2016:19), para llegar no
a lo indecible, sino a la materia misma de la palabra. Al igual que María
Pizarro (2015:92) Lonardi podría gritar:
Ante la falta de vida,
el
aire puro hiere.
El
crítico literario José Antonio Santano (2016) advirtió ese estado de valentía vital y superación sugerido en
las páginas de El jardín azul:
La poética de Lonardi bebe
de todas las transformaciones que el yo poético adopta en el proceso de
mestizaje-paisanaje, sin olvidar las diferencias respecto al paisaje, la
naturaleza. Para Lonardi todo esto no es sino un jardín, que apellida o
adjetiva “azul”.
Mariángeles
apuesta por la vida en sus versos. Está viva, es una mujer decidida a ser signo
de su tiempo. Y como vive la vida, en la magia del eterno milagro, pretende elevar las cosas cotidianas a
poesía, como describe su literatura Pedro Enríquez (2017:9). Lonardi sugiere aquel enunciado general de la mística universal,
que en lo más simple, en lo más cotidiano, está el secreto del Universo. Y lo
transmite como temática general, como apuntó Antonio Duque (2017).
¿A
deshoras? ¿Cuándo no hay obligación, cuando no hay prisa, cuando no estamos en
la imposición de tener que vender nuestro tiempo y queda para nuestro disfrute?
Insistamos en la lúcida interpretación de Antonio Duque (2017) sobre la poesía de Lonardi:
San Juan de la Cruz
hablaba de su poesía como poemillas que se le habían ido cayendo conforme
vivía, que los leamos cuando tengamos tiempo, aunque sea tarde.
Poemas para leer a deshoras (Letra
Impar. Dalías (Almería), 2017) es el cuarto poemario de esta singular poeta.
Resulta un libro robusto, literariamente coherente, asentado en la sabiduría
interior de la Lonardi más vital, de la Lonardi asceta, de la Lonardi que ríe y
baila en la orilla de la playa. Con sus luces y sus oscuros. Con alegría y
dolor. Con paz y rebeldía. Porque la poeta ya integra en su ADN la experiencia
del mundo, la carga, leve-pesada, de haber nacido en este mundo, donde el
ínclito Ismael D. Haidara sitúa al proceso de conocimiento humano, incluyendo
la actividad poética, como un saber estar frente al rasgo más definitorio de la
vida, la muerte:
Cada verso del poeta debe
ser la línea de un largo testamento, unas palabras ante la muerte. En esto se
fundamenta la condición humana, somos entes ante la muerte. Todo lo que
hacemos, si no obramos con la muerte presente ante nuestros ojos, es un
fracaso. El hombre nace ante la muerte, va hacia la muerte, vive con su finitud
radical. Por eso, vivir es un acto heroico para quien lo sabe y un drama para
quien lo ignora.
Poemas para leer a deshoras ha sido
ilustrado por el dibujante Miguel Arranz y contiene un dibujo en el colofón de
la pintora Alicia Jiménez. La presentación la escribió el poeta Pedro Enríquez
y contiene textos de Pilar Quirosa-Cheyrouze, en el epílogo, y del profesor
Francisco Vargas Fernández en la contraportada.
La
poeta ha escrito para este volumen 88 poemas, el mismo número de las teclas de
un piano, y celebrando el número 8 en conexión con el símbolo de lo infinito,
ordenados en siete capítulos:
-Variaciones
sobre lo cotidiano.
-Cosas
vistas desde otra perspectiva.
-De
aquí, de allá…
-Cotidianeidades.
-De
mujeres de este siglo.
-De
hoy en día.
-De
filosofía y de la vida.
Estos
enunciados centran la temática del poemario en las experiencias del ahora,
aquello que sucede cada día, en la conciencia del presente. También, a pesar de
centrarse en el momento, la poeta nos sugiere revisitar las convicciones que
nos definen mirando desde otras perspectivas, desde otras posiciones
filosóficas o psicológicas que nos pueden sugerir voluntades inéditas y
renovadoras.
Lonardi
(2017) propone tomar este poemario entre las manos y respirarlo con los
ojos cerrados antes de iniciar una lectura compleja, sobrevolando nuestras
creencias más asumidas, incluso desde la valiente apuesta de utilizar un
vocabulario accesible, simple, directo y claro:
En mi poesía hay mucha
simbología, yo hablo mucho a través de la simbología. Utilizo los símbolos, la
polisémica, que es la doble interpretación del sentido de una palabra. No solo
lo que quiere decir con el significado corriente al que habitualmente estamos
acostumbrados, sino con otro sentido más allá.
La
poeta busca en los objetos que le rodean una visión alternativa que afiance su
propia realidad, una observación desde otra perspectiva. Considera que las
cosas que nos rodean determinan nuestra vida personal. ¿Una ventana es un
simple marco o también podría interesar como una clave de lo interior-exterior
humano? ¿La puerta es el lugar común que obliga al juego cerrar-abrir o también
puede significar un viaje consciente a la apertura-cerrazón mental?
Otro
de los puntos fuertes de este poemario es la decidida presencia de la mujer,
hasta tal punto que Antonio Duque (2017) considera a
la mujer como esencial protagonista en estos cantos, no ya como la poeta que
escribe este libro o que lo nomina, sino que especifica una cualidad femenina
dominante en estos versos del hecho de ser mujer ahora en el entorno social de
María Ángeles Lonardi. ¿Por qué? Pues lo detalla Pedro Enríquez (2017:10):
Lonardi es una mujer
actual. La autora está comprometida con su tiempo, con los dramas de la
actualidad.
Lonardi
sabe del prisma que muestra lo que parecen dos partes distintas, cuando, en
verdad, conforman un todo. Mira la vida por dentro, en su intimidad, en sus
quehaceres diarios, y también la ve en lo externo, en lo que creemos fuera, en
las demás personas, en la naturaleza que nos engloba.
En
definitiva, María Ángeles Lonardi ha construido su libro Poemas para leer a deshoras en un universo, el suyo, que resulta
ser de todas y de todos, con una base tan sólida que, fundamentado en varias
galaxias, se hila con un canto propio y abarcador, como escribe Francisco
Vargas (2017):
Recorre como una
equilibrista del verso los laberintos de su cuerpo de mujer, los objetos y las
personas con que vestimos un hogar y, más allá de la ventana y la puerta
entreabiertas, da el gran salto a la calle, a los problemas sociales que nos
acucian sin temor a llamar a cada cosa por su nombre, ya sea pobreza, violencia
o corrupción.
Como
lector, como persona, espero con ilusión el próximo libro de poemas de la poeta
Lonardi. Su precisión al traducir los rumores que germinan entre las ideas
preconcebidas, ante las creencias que nos deshabitan, hace que su poesía, sin
remedio, se concentre en la levedad, en lo huidizo, en lo que se nos escapa. La
escritora Pilar Quirosa-Cheyrouze (2017:127) se
atreve a la misma apuesta, la pasión por una poética integral y luminosa:
Estamos ante una poesía
vital, sensitiva, de gran carga sentimental, donde se manifiestan el paso y el
peso del tiempo, en trayectoria necesaria.
PEPE CRIADO
Verano 2017
Documentación
.AGAMBEN, Giorgio.: Idea de la prosa. Adriana Hidalgo. Madrid, 2016.
.DUQUE LARA, Antonio. Poemas para leer a deshoras, de M. A. Lonardi. En: Veloz Quietud velozquietuddelcentro.blogspot.com
21.05.2017.
.ENRÍQUEZ, Pedro. Palabras. En: LONARDI, María Ángeles.: Poemas para leer a deshoras. Letra
Impar. Dalías (Almería), 2017.
.FERNÁNDEZ COLLADO, Virginia.: Poemas 2006-2016.
Fondo Kati / Ediciones del Genal. Málaga,
2017.
.HAIDARA, Ismael Diadié.: Diario de un bibliotecario de Tombuctú (Inédito).
.MARÍA
ÁNGELES LONARDI PRESENTA POEMAS PARA LEER A DESHORAS EN PURCHENA. En: Veloz Quietud
velozquietuddelcentro.blogspot.com 10.07.2017.
.PIZARRO, María.: Miembro fantasma. Editores Florentinos. Córdoba, 2015.
.QUIROSA-CHEYROUZE, Pilar. Fugacidad del tiempo. En: LONARDI, María Ángeles.: Poemas
para leer a deshoras. Letra Impar. Dalías (Almería), 2017.
.SANTANO, José Antonio.: Cuatro poetas. En: Cuadernos de Caridemo
cuadernosdecaridemo.blogspot.com.es 03.04.2016.
.VARGAS FERNÁNDEZ, Francisco. Texto de
contraportada. En: LONARDI, María Ángeles.: Poemas para leer a deshoras. Letra
Impar. Dalías (Almería), 2017.